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Si estás pensando en aventurarte en la carretera cuando las temperaturas bajan, toma nota de estos 10 tips que harán que tu viaje sea más suave que un chocolate caliente en frente de la chimenea.

1. Conoce los niveles de nieve

La DGT establece cuatro niveles: verde (inicio de nevada), amarillo (carretera parcialmente cubierta), rojo (alerta máxima) y negro (prohibición total, incluso con cadenas).

2. Cadenas, siempre a mano

En verde y amarillo, las cadenas descansan, pero guárdalas en el maletero como elemento esencial en climas impredecibles.

3. Conducción bajo nieve, un arte delicado

Cuando la nieve cae, la seguridad se pone seria. Nada de giros bruscos ni acelerones al estilo Fórmula 1. Tus neumáticos no son campeones olímpicos, ¡así que no esperes un triple axel sobre hielo!

4. Controla los derrapes

Mantén la calma si tu coche derrapa. Levanta el pie del acelerador y confía en el control de estabilidad. Sin este sistema, utiliza movimientos suaves de volante para recuperar el control. Recuerda, si tu coche se pone a bailar en la nieve, ¡no entres en pánico! Y por supuesto no des un frenazo brusco.

5. Frenando con estrategia

Si te ves en una situación de pérdida de control, como decíamos anteriormente, evita frenar bruscamente. Debes tratar de recuperar el rumbo con el volante, sin recurrir al freno, o hacerlo muy suavemente para que no se bloqueen las ruedas, ni al acelerador, hasta recuperar la adherencia. Mente fría.

6. ¿Atascado en la nieve?

Si tu coche se queda atrapado, intenta salir suavemente sin pisar el acelerador o haciéndolo de la forma más liviana posible. La dirección recta es tu mejor guía en estos casos. Dependiendo de si tienes la intención de dar marcha atrás para salir de la nieve o conducir hacia adelante, también deberás deshacerte de la nieve entre los neumáticos y la ruta de salida.

7. Neumáticos de invierno, una opción práctica

Si la nieve es tu vecina permanente y ves el uso de las cadenas como un «marrón», considera hacerte con unos neumáticos de invierno para esta época del año. Luego vuelve a los convencionales (de verano) para evitar una degradación excesiva de los primeros. Si no, siempre podrás recurrir a los All Season marcados para nieve con el pictograma invernal 3PMSF (una montaña con el símbolo de nieve) o con el marcaje M+S (mud + snow, o barro + nieve en castellano).

8. La adherencia, tu mejor aliado

Los neumáticos de invierno ofrecen mayor agarre y eficacia de frenado en condiciones frías. No subestimes su importancia.

Cuando la cantidad de nieve es lo suficientemente significativa sobre el asfalto, las prestaciones y adherencia de los neumáticos de verano se ven completamente comprometidos, deslizando sobre el firme y no traccionando, lo que es tremendamente peligroso. Las cadenas en esencia sirven para poder clavarse en la nieve y así poder avanzar. Ya sean metálicas o bien de tela, su cometido es el mismo: conseguir la adherencia que el neumático convencional no puede alcanzar.

Pero, por otro lado, tenerlas instaladas con poca nieve puede dañar el neumático o bien la llanta. De ahí que solo con cierta cantidad de nieve se exija su utilización. Además, con cadenas se puede ir como mucho a 50 km/h. En definitiva, en cuanto haya poca nieve, hay que quitarlas.

9. Marchas largas para una mayor tracción

Circular en marchas largas reduce el riesgo de deslizamientos, especialmente en vehículos diésel que pueden avanzar sin acelerar.

10. Ante todo, estar siempre preparado

Equipa tu coche como un superhéroe antes de salir. Cadena en el maletero, tanque lleno, agua a bordo y un kit de supervivencia. ¡Más vale prevenir que congelar!